viernes, 16 de octubre de 2009

Cerrando capítulos (II)...

Misteriosamente, es mi último pensamiento el que obtuvo su continuación, y es gracias a una muy espontánea y maravillosa charla con mis amigas Nubia, Karla y Flor. Espero, que las conclusiones que expongo, sean cuestionadas por todos ustedes...

Antes que nada, aclarar que el cerrar un capítulo es una frase muy amplia, y debe ser utilizada como tal. La primera conclusión a la que llegamos hoy, fue que jamás se puede cerrar el capítulo de una persona en nuestras vidas, pero si el hecho de una relación, que pueda ser amistad, noviazgo, amor, lo que sea... jamás nos deshacemos de las personas, pero si amoldamos las situaciones y cerramos puertas que jamás recorreremos de nuevo, como lo es una relación con alguien que sabemos que no debemos..

Pero el gran dilema de hoy es saber ¿por qué nos cuesta tanto cerrar el capítulo?... Sin duda alguna, un capítulo nunca se termina sin un final. A mis amigas, y a muchas otras personas, les he planteado la pregunta del blog anterior: "¿Por qué un hombre debe pelear por una mujer quien ha entregado el primer lugar de su corazón a alguien mas?" Y la respuesta es simple, y ha sido una de mis frases durante los últimos años de mi vida, y hoy me recordaron que "que sea el gran amor del momento, no significa que sea el gran amor de tu vida"... Sin duda alguna, podríamos sacar miles de conclusiones de esta pequeña e ilustre frase... pero mi fin traspasa estos límites...Muchas veces nos falta el final del capítulo, y buscamos mantenernos con aquellas cosas que en algún momento de nuestras vidas significaron en más de un sentido un gran aprecio. Nos aferramos a la niña que nunca nos hizo caso... al chero popular que jamás volteo su cabeza a verte... nos aferramos al amor que nos hizo sufrir... nos aferramos a todo aquello imposible porque como seres humanos, y como nuestra historia indica, hemos querido conquistar lo inconquistable. Peleamos por ello... pero la ciencia, la medicina, y cualquier otra rama científica es por demás diferente que una relación entre personas... En este sentido, condeno tratar de estar conquistando esto inconquistable, porque lo único que hacemos es darle espacio y cabida a alguien en nuestro corazón que no solo no merece dicho espacio, sino que tampoco jamás lo ocupará...

Ver esto de forma tan fría y poco sentimental pareciera ser una falacia, sin embargo, me parece por demás imperante hacerlo... cuando nosotros no cerramos el capítulo lo único que hacemos es herirnos.

Entiendo que la problemática a seguir es lo difícil que es el cerrar el capítulo, y mas que nada, cuando nosotros mismos nunca lo quisimos cerrar... entiendo, que el problema radica en la imposibilidad de hacerlo... pero sin duda alguna, quien este dispuesto a hacerlo, será feliz...

Y he aquí donde el gran problema se vuelve algo simple...

Hablo por los hombres como yo... que siempre hemos querido tener el primer lugar en el corazón de una mujer, y sabiendo la historia de su gran amor, nos acobardamos... Hablo a mi raza, a este tipo de hombre, porque la respuesta es hacerlo... porque ella seguro tiene un espacio RESERVADO... más no inamovible... y ¿Por qué un hombre debe ir detrás de una mujer...? Mas fácil aún: Porque se enamoró de ella. Y si ese amor es incapaz de abatir el miedo del corazón de este supuesto príncipe azul, pues mas valiera que jamás de su boca saliera la palabra AMOR.



Y la buena noticia es esta (Confirmado por tres mujeres cuyos casos particulares iniciaron un sinfín de conclusiones): Que ese mismo amor, ese amor que motiva al hombre a pelear, también puede cambiarla a ella. Esos detalles mágicos que nos permiten abrir capítulos en nuestras vidas, esos mismos detalles que nos hacen perder el aliento... esos mismos detalles puede enamorar y volver loca a una mujer. Y lo que pasa al enamorar a una mujer, es que ella cede parte de su corazón día a día hacia nuestra cuenta... y algún día, ese corazón sera nuestro...

Entonces, pues, mi conclusión es la mas sencilla de todas, y cito al gran maestro Og Mandino, para decirlo:

"Saludare este día con amor en mi corazón... Porque éste es el secreto más grande del éxito en todas las empresas. La fuerza muscular podrá partir un escudo y aún destruir la vida, pero sólo el poder invisible del amor puede abrir el corazón del hombre, y hasta que no domine este arte no seré más que un mercachifle en el mercado. Haré del amor mi arma más poderosa y nadie a quien yo visite podrá defenderse de su fuerza.

Podrán contradecir mi razonamiento; podrán desconfiar de mis discursos; podrán desaprobar mi manera de vestir; podrán rechazar mi rostro; y hasta podrán sospechar de mis ofertas especiales; y sin embargo mi amor les derretirá el corazón, a igual que el sol cuyos rayos entibian la más fría arcilla.

Saludaré este día con amor en mi corazón.

¿Y cómo lo haré? De aquí en adelante contemplaré todas las cosas con amor y naceré de nuevo. Amaré al sol porque me calienta los huesos; pero también amaré la lluvia porque purifica mi espíritu. Amaré la luz porque me señala el camino; pero también amaré la oscuridad porque me enseña las estrellas. Acogeré la felicidad porque engrandece mi corazón; pero también soportaré la tristeza porque descubre mi alma. Reconoceré la recompensa porque constituye mi pago; pero también daré acogida a los obstáculos porque constituyen para mí un desafío. "

Hagamos de la empresa el amor, y ya saben que serán los mejores...

Al final de cuentas, el discurso es más fácil y más obvio que de costumbre: Al final de cuentas, solo nos queda amor... y solo amor podemos dar... y si el amor no es suficiente, sea para seguir, o iniciar: cierra puertas... pero jamás pierdas la oportunidad de amar, nunca retroceder ante la posibilidad de dar y recibir amor...

Que pasen una linda noche...

Bibliografía:

Mandino, Og. "El vendedor mas grande del mundo". Capítulo 4. "Pergamino Número 2: Saludaré con amor en mi corazón.". ISBN: 9788497593212. 2003. Editorial Barcelona.

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