Entre todas las formas de decir adiós, con cartas, y besos, entre mentiras y fusiles, fue la tuya la más dolorosa.... y es q, pequeña ángel, como te fuiste en un segundo fue un golpe tan repentino, certero, venenoso y efectivo, q reconozco que hasta el día de hoy, me ha matado...
Pero hoy tengo respuesta a todo lo q fingimos, a nuestras actuaciones y nuestras farsas... y le llamo así, porque si todo fue tan fugaz, si todo fue tan rápido y vano, no vale la pena recordarlo como una verdad...
Comienzo con tu mentira de pedirme enseñarte como amarme... si yo intente aprender tu manera, tú fuiste muy lejos de intentar entender a la mía: Mientras tú me pedias q entendiera q hablabas con gestos y obras, yo deseaba q entendieras q hablaba con palabras y sinceridad. No hay probabilidad de transmitir historias por las miradas - tal vez sentimientos, emociones, que se yo! - pero no historias... y eran tus historias, eternas, épicas e increíbles quienes junto a tu voz me acunaban lejos de la realidad y me hacían renacer cada día en un mundo nuevo... donde solo estabas tú, y nada mas q tu...
Lamento no haber aprendido tu forma de amar... tan frágil, tan diáfana, tan poco usual... lamento no haber sido el hombre perfecto y q entendiera esa forma peculiar... lamento no haber hallado en tus ojos la fortuna que siempre busque y por tonto deje de ir... lamento haber hecho todo mal, abandonándote, y yo, en otro mundo...
Lamento haberte asfixiado tanto, es un error inherente en mi... lamento haber estado contigo cada segundo de mi tiempo, porque al final entendí q mi error fue demasiado estar contigo. Ahora entiendo q los errores se dan al por mayor cuando uno ama demasiado... demasiado y ama mal... porque no supe amarte en la forma perfecta q se debía...
Lamento haberte dibujado mar y tierra para luego no darte nada, sino solo tristezas. Me avergüenzo de mi mismo porque no supe mantenerte feliz, contenta. No supe darte más historias y secretos. No supe relatarte más historias magnificas ni maravillosas... lo lamento... ya no habían en mi vida cajones ocultos, ni puertas cerradas para ti. Todo lo sabías ya, todo estaba escriturado a tu nombre, todo en mi te pertenecía... y no me arrepiento de ello.
Pero si, odio la forma en la cual no supiste amarme a mi... como yo me quede con las manos vacías, y tu mantenías en tu dos mundos paralelos.... uno era solo tuyo y el otro era mitad mío... odio como confiaste en alguien más antes q en mi - y prometo q ese fue el golpe más doloroso, verte confiar en alguien más, verte descansar en alguien más nuestros problemas y buscar con alguien mas soluciones y verdades q sabias que conmigo tenias de antemano -.
Pero ante todo te diré, q lamento no haberte amado como quería... y no haber recibido el amor q soñé. Pero me retiro haciéndote saber q... mi querida niña, mi ángel, NADIE será jamás lo q fuiste para mí: una musa, una poesía, una diosa... pero jamás nadie podrá darte en esta vida lo q te di, porque solo se da una vez: el amor q yo te di, no te lo dará alguien más. Y es q era un amor ciego, sin miedos ni secretos. Era un amor sencillo, bonito, placentero. Tú eras el centro del amor, y tu sonrisa era el sol q iluminaba tal mundo.
Ante todo, solo espero q seas tan feliz como lo desees... tan feliz, como no pudiste serlo conmigo... tan feliz como yo hubiese querido q fueras... ojala q el hombre q tenga la dicha de llamarse tu novio, y luego tu marido, entienda tu forma bella y peculiar de amar.... ojala q todo se preste en tu bien, y q el universo te sonría mas q nunca...
Y ante todo... espero q recibas todo el amor q no pude darte - y eso quiere decir q espero q seas la mujer más amada del mundo - y q nunca pase de ti el amor. Q tu sonrisa sea eterna, q tu amor nunca se seque, q tu brillantes nunca se apague y q tu corazón palpite siempre...
Y aun, luego de todo esto, y luego de todo lo sucedido... ángel mío... aun te amo como el primer día - pero no te anhelo para mí - te amo como quien ama la vida, sin forma vana ni codiciosa. Te amo para q seas feliz...
Hasta luego....
No hay comentarios:
Publicar un comentario